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Obesidad: riesgos y recomendaciones.

marzo 3, 2022

Natalia Segura es nutricionista, especialista en enfermedades crónicas no transmisibles, metabolismo, anemias hereditarias, obesidad y sobre peso, diabetes, y hepatopatías. Es graduada de la Universidad Hispanoamericana.

 


 

Como nutricionista y profesional en la salud me gustaría concientizar la importancia de llevar un control de nuestra salud, recordemos que la salud es un pilar de nuestra vida, y una de las maneras en las que podemos prevenir enfermedades no transmisibles, es por medio de las pruebas bioquímicas.

 

Una de las condiciones -la cual ha aumentado en las últimas décadas- es la obesidad, la OMS indica que actualmente hay más de 1900 millones de personas con obesidad y se estima que para el 2025 pueden llegar a haber más de 70 millones sólo de niños en todo el mundo con esta condición.

 

¿Qué es la obesidad?

La obesidad se define como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

 

Una de las herramientas más utilizadas que permite identificar la presencia de obesidad es el índice de masa corporal (IMC), sin embargo, se debe tomar en cuenta que el IMC no mide los cambios que se producen en la grasa corporal con los cambios de edad, entrenamiento físico y en grupos étnicos con distinta proporción corporal, por lo que es importante la utilización de otros métodos como bioimpedancia.

 

¿Qué provoca la obesidad?

La causa fundamental de la obesidad es el desequilibrio en la ingesta de alimentos y el gasto energético que realiza la persona, principalmente en la ingesta de alimentos ricos en grasas, azúcares y alimentos ultraprocesados, esto acompañado de una disminución de la actividad física producto de un estilo de vida sedentario.

 

Riesgos de la obesidad

 

Se ha establecido la obesidad representa factor de riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles y alteraciones metabólicas, dentro de las cuales se puede mencionar:

 

  • Desarrollo de diabetes mellitus tipo 2
  • Síndrome de apneas-hipopneas del sueño
  • Trastornos del estado de ánimo y ansiedad
  • Artrosis de rodilla, cadera y otras articulaciones
  • Enfermedad hepática
  • Accidente cerebrovascular e insuficiencia cardiaca
  • Se le atribuye al menos a 8 tipos de cánceres (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon)
  • Puede producir secundariamente alteraciones de la regulación, metabolización y secreción de diferentes hormonas.

 

¿Solo las personas con obesidad presentan alteraciones metabólicas?

 

Un estilo de vida sedentario y el elevado consumo de alimentos ricos en grasa saturadas y azúcares simples, es uno de tantos hábitos que conducen a la obesidad.

 

Sin embargo, las personas delgadas metabólicamente sanas pueden llegar a desarrollar distintas alteraciones tales como: desnutrición, triglicéridos y colesterol LDL alterado, esteatosis hepática no alcohólica, entre otras, esto debido al elevado consumo de estos alimentos y bajo consumo de alimentos ricos en fibra, granos y proteínas magras, además de otros factores como antecedentes familiares.

 

De esta manera, podemos comprender que la importancia de llevar buenos hábitos de alimentación, un estilo de vida saludable tienen un rol indispensable para combatir la aparición de alteraciones metabólicas y futuras patologías crónicas sea una persona con obesidad o incluso una persona delgada.

 

De la manera más segura en la que podemos cerciorarnos en la prevención e impedir el desarrollo de este tipo de condiciones, es por medio de un control con pruebas bioquímicas, principalmente del perfil de lípidos, glucosa en sangre y hemograma completo.

 

Recomendaciones nutricionales

 

Es importante llevar un control de manera integral, de la mano de una persona profesional en nutrición, ya que según sea la patología o condición, así será su tratamiento nutricional.

 

Como recomendaciones nutricionales, es importante el consumo de alimentos fuentes de fibra, como vegetales y frutas, granos, leguminosas, alimentos integrales, fuentes de grasas saludables como ácidos grasos de omega 3, fuente de proteína animal magra, reducir el consumo de grasas saturadas, azúcares y jarabes; realizar al menos 30 minutos de actividad física y movimiento y una adecuada hidratación.